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viernes, 8 de abril de 2016

Principios básicos para la detección de fallos en instalaciones eléctricas




Un defecto en la instalación eléctrica siempre tiene como resultado modificar tensiones e intensidades propias del equipo afectado. Las magnitudes que actúan sobre las protecciones deben estar ligadas a estas corrientes y tensiones, ya que en caso de una instalación trifásica, las tres tensiones simples V (es decir, entre fase y tierra), las tres tensiones compuestas U (es decir, entre fases) y las tres corrientes en las fases I son las únicas magnitudes eléctricas de las que se dispone para caracterizar el estado de la instalación.


Los relés son generalmente sensibles a la variación de alguna de las características físicas siguientes:
  • Tensión U o V
  • Intensidad I
  • Frecuencia
  • Velocidad de variación de alguna de las magnitudes anteriores
  • Combinación de alguna de estas magnitudes (potencia U · I, resistencia U/I…)
  • Temperatura.
Los fallos son a menudo detectados por relés sensibles a las componentes inversas y homopolares:

Se suele representar una instalación trifásica mediante la composición de tres sistemas:



Estas componentes no aparecen más que cuando las tres tensiones o las tres corrientes están desequilibradas. En la práctica, se pueden medir estas componentes de la manera siguiente:





Detección de un defecto por diferencia de la fase o de amplitud entre la corriente de entrada y la de salida de un elemento de la red.


Este principio es la base de las protecciones diferenciales.




REFERENCIAS: ASINEL



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