FARADAY,
Michael
• 22 de septiembre de 1791, Newington,
Surrey. Inglaterra.
†
25 de agosto de 1867, Hampton Court, Londres, Inglaterra
Michael Faraday era
uno de los diez hijos de un herrero de Newington, condado de Surrey, localidad
cercana a Londres. Nacido el 22 de setiembre de 1791, tuvo una infancia sin
sobresaltos y a los quince años fue enviado como aprendiz de encuadernador de
un artesano llamado Ricbcau, que tenía su taller en Manchester Square
(Londres), donde permanece unos 8 años. La normalidad de su educación e
infancia la expresa él mismo con estas palabras: "Mi educación fue del
tipo más corriente, consistente en poco más que en rudimentos de lectura,
escritura y aritmética en una escuela normal. Mis horas fuera de la escuela las
pasaba en casa o en la calle".
El azar le dio a la
Ciencia uno de sus grandes hombres. En primer término por el lugar de trabajo que le puso en
íntimo contacto con los libros. Después porque el patrón, simpatizando con la
avidez del joven Faraday por aprender, le facilitaba la lectura y la encauzaba.
Así, él mismo escribió: "...es en estos libros, durante mis horas de
reposo, donde he comenzado mi aprendizaje filosófico (científico). Dos obras me
han ayudado sobre todo: la Enciclopedia Británica y las Conversaciones sobre
Química, de Marcet, que me han iniciado en la ciencia de mi predilección. No vayáis
a creer que he sido un pensador profundo o un niño precoz. Yo tenía una
imaginación viva tan dispuesta a creer en los cuentos de Las Mil y Una Noches
como en la Enciclopedia. Pero los hechos tenían sobre todo importancia para mí
y ello me ha salvado. Yo sabía ponerlos a prueba y comprobar las aseveraciones
de los libros...".
El libro de química
de Marcet, esposa de un físico de Ginebra, lo leyó con fruición y
repetidamente. En esta época dejaba parte de su salario para comprar productos
y repetir los experimentos en él descritos.
En el año 1812 de
nuevo el azar contribuyó a la formación de Faraday como científico. Un cliente
del encuadernador. Dance, miembro de la Royal Institution, le regaló una
entrada para asistir a las clases que en dicha institución impartía un
destacado científico de la época, Humphry Davy, periódicamente.
La invitación fue
bien aprovechada. Michael Faraday tomó notas del curso, las pasó en limpio, las
ilustró con dibujos y diagramas en color, formando un manuscrito encuadernado
con 386 páginas, se lo envió a Joseph Banks, botánico, por entonces presidente
de la Royal Institution, con la idea de que le ofreciera un puesto de trabajo
para estar más cerca de los investigadores. Al no obtener respuesta, se dirigió
directamente a Davy, pidiendo un puesto como ayudante.
El 18 de marzo de
1813, sin haber cumplido los 22 años, es propuesto por H. Davy de la siguiente
forma:
"Sir H. Davy
tiene el honor de informar a los señores directores que ha encontrado una
persona deseosa de llenar el lugar que ocupaba William Payne. Su nombre es Michael
Faraday. Es un joven de veintidós años que parece apto para llenar este lugar.
Sus hábitos parecen buenos, su natural activo y despierto, sus maneras muy inteligentes.
Acepta emplearse en las mismas condiciones en que estaba Mr. Payne en el
momento de dejar la institución".
Se acepta el
nombramiento como ayudante de Davy en su laboratorio, con un sueldo de 25 chelines
a la semana, salario inferior al que recibía como encuadernador.
Davy se lo llevó
como ayudante y secretario a un viaje por Europa (sur de Francia, Ginebra,
Italia). Su alegría y simpatía hacían que fuera aceptado y respetado por todos
los que le conocían. Una frase, escrita por un científico que recibió la visita
de los dos ingleses era contundente: "Hemos admirado a Davy, pero amado a
Faraday". Esto dio lugar a que los celos de la esposa de Davy hicieran el
viaje desagradable, tratando al joven, más como un sirviente que como un
colaborador, sin que su marido pudiera o quisiera evitarlo.
En este viaje
conoció a hombres de ciencia de aquel tiempo de suma importancia, como
Gay-Lussac o Ampére.
Al regreso a
Inglaterra Faraday se dedicó al laboratorio en cuerpo y alma, dejando poco a
poco a un lado a Davy. Es curioso que cuando el protegido del maestro fue propuesto
como miembro de la Royal Institution, en 1824, el único voto en contra que
surgió fue el de Davy (tal vez presionado por la esposa resentida).
En 1825 fue
nombrado director del laboratorio y en 1833 profesor de Química.
Su escasa memoria,
que hacía que tuviera que llevar en una libreta anotados todos los detalles de
sus experimentos, para no olvidarse hizo que no fuera un erudito de conocimientos
enciclopédicos (como lo fue su coetáneo André M. Ampére). Tenía una escasa base
matemática, pero lo compensó con una gran capacidad de expresar gráficamente
sus experimentos. Su sagacidad como investigador será difícilmente superable.
A los 30 años, en
1821, se casó con una muchacha que entonces tenía 22 años, formando un matrimonio
estable y feliz sin hijos. La señora Faraday fue una leal colaboradora de su
marido siendo, a veces, la primera en observar un nuevo fenómeno o intuir una
ley.
Sus ideas
religiosas (pertenecía a una secta ya extinguida muy estricta) le impidieron
aceptar nombramientos, condecoraciones y homenajes. Renunció al nombramiento de
Sir, por parte de la Reina, así como a la presidencia de la institución a la
que dedicó su vida.
Murió cerca de
Londres, en Hampton Court, el 25 de agosto de 1867, en una casa cedida por la
reina Victoria como recompensa a su labor científica e investigadora. Fue
enterrado bajo una sencilla lápida, como había pedido pero dejando su nombre
grabado en la Física, ya que la unidad de capacidad eléctrica en el Sistema Internacional
(S.I.) de Unidades es el Faradio (F).
Su obra puede
dividirse en dos partes: la Química y la Electricidad.
La primera le debe
el método para licuar gases, ideado en 1823, sometiéndolos a presión. Así lo
consiguió con el cloro (hasta entonces conocido como "gas permanente"
o sea imposible de licuar), anhídrido carbónico, ácido sulfihídrico y otros. El
primer trabajo que mereció ser publicado en el Phylosophical Transactions, en
1820, fue un estudio sobre "dos nuevas combinaciones del cloro y del
carbono y sobre un nuevo compuesto de iodo, carbono e hidrógeno".
Su gran
contribución a la química orgánica la realizó en 1825 descubriendo el compuesto
conocido por benceno. Lo publicó bajo el título: "Algunas nuevas combinaciones
del carbono y del hidrógeno", en el que anuncia el descubrimiento del
benzol (núcleo benzoico) que constituye, hoy día, uno de los pilares de la
moderna industria química orgánica.
Faraday continuó la
labor de Davy en electroquímica. A él se deben los términos: Electrólisis,
electrolito (solución que podía conducir la corriente); denominó electrodos a
las varillas metálicas que se introducen en la solución (bautizando por ánodo y
cátodo al positivo y negativo, respectivamente). Tocó otros campos con cierto
éxito, como la Óptica, obteniendo vidrios de alto índice de refracción, o la
Metalurgia, investigando sobre la fabricación de aceros de alta resistencia.
Pero la gran obra
de Faraday es sobre el Electromagnetismo, cuyos resultados sirvieron para cimentar
la teoría electromagnética de Max-well.
El punto de partida
de la obra se asienta en 1821, cuando después de repetir el experimento de
Oesterd, escribió un resumen sobre la evolución del electromagnetismo hasta ese
mismo instante.
Todos los experimentos
los publicó en 14 series, destacando las cinco primeras como la base del
electromagnetismo y la electroquímica actual. Estas primeras series trataban
de:
1. "Los
fenómenos de inducción electromagnética". Leída el 24 de noviembre de
1831.
2. "De la inducción
por magnetismo terrestre". Leída el 12 de enero de 1832.
3. "De la
identidad de las electricidades proveniente de las distintas fuentes, es decir:
electricidad voltaica (de las pilas), electricidad ordinaria (por frotamiento),
magnetoelectricidad, termoelectricidad y electricidad animal". Leída el 10
y 17 de enero de 1833.
4. "De las
leyes de la conducción eléctrica". Leída el 23 de mayo de 1833.
5. "De la
descomposición electro-química". Leída el 20 de junio de 1833.
Sólo la cita de
estas series, subdivididas en 563 experiencias, dan una idea del ingente
trabajo realizado por Michael Faraday sobre electricidad. Su detalle nos
llevaría un espacio tan grande que no viene al caso, en esta breve reseña
biográfica.
Un detalle que
define el talante científico de Faraday es el siguiente. Murió pobre, aunque
cuando comenzó a ser conocido recibió numerosas ofertas para resolver problemas
técnicos industriales. Así, en 1830 ganaba en la Royal lnstitution 100 libras
anuales más otras 1.000 por trabajos extras. Ya en 1832 le ofrecieron 5.000
libras al año. Pensó que el trabajo en la industria le restaría tiempo y
dedicación para su labor investigadora y se planteó el eterno dilema: dinero o
ciencia. Por fortuna optó por la ciencia.
Para más detalles sobre la biografía de Michael Faraday, ver el artículo: Michael Faraday:Biografía y la Teoría Electromagnética
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