Thomas Alva EDISON
• 11 de febrero de 1847, Milan, Ohio (USA).
† 18 de octubre de 1931, West Orange. New Jersey (USA).
Inventor
estadounidense, el más prolífico de todos los tiempos con más de 1.100 patentes
en su haber. Sus inventos han dejado su huella genial, haciéndose
imprescindibles en la sociedad actual, tales como la bombilla, el fonógrafo, el
kinetoscopio, el acumulador eléctrico y el micrófono.
De familia
humilde, tan sólo asistió a la escuela durante tres meses en Port Huron, Michigan;
su madre se encargó de darle la educación elemental y no tuvo ninguna
preparación universitaria. Representa el cuento clásico que tanto les gusta a
los americanos, del hombre que se hizo a sí mismo a partir de un pobre
muchacho, sin educación ni influencia, y que adquirió la fama y la fortuna por
su inteligencia y trabajo. A los doce años vendía periódicos en la línea de ferrocarriles
(Grand Trunk Railways) entre Port Huron y Detroit. Empleaba su sueldo
en comprar
libros y aparatos científicos, haciendo experimentos eléctricos y químicos en
un vagón de mercancías del propio tren. En 1862 publicó un semanario, el Grand
Trunk Herald, impreso en un vagón de mercancías que, además, le servía como laboratorio.
Tras una valerosa hazaña en la que salvó la vida del hijo de un jefe de
estación, le recompensaron con la realización de un curso de telegrafía, y más
tarde ingresó como telegrafista en la compañía de
ferrocarriles
donde repartía periódicos. Durante su trabajo como operador de telégrafos, mejoró
un repetidor telegráfico, gracias al cual se podían transmitir mensajes automáticamente
a una segunda línea sin que estuviera presente el operador.
En 1868 se trasladó
a Boston para trabajar en la Western Union Telegraph, dedicando todo el tiempo
libre a sus inventos. En ese mismo año patentó su primer invento: un sistema
eléctrico para registrar los votos de las elecciones, pero que no pudo vender.
En 1869, fue a
Nueva York e inventó un indicador automático de las cotizaciones de bolsa, por
el que recibió la suma de 40.000 dólares. Con este dinero pudo dotarse de equipos
y material para hacerse su propio laboratorio. Después logró un sistema
telegráfico automático que mejoraba la calidad y rapidez de la transmisión. Su
gran invento dentro de la telegrafía fue la creación de unas máquinas que
permitían la transmisión simultánea de diversos mensajes por una línea, que
provocó el aumento de la utilidad de las líneas telegráficas existentes.
En 1876 fundó
su famoso laboratorio en Menlo Park, New Jersey, que se iba a convertir en una
fábrica de inventos. Debido a ello le bautizaron con el sobrenombre del Mago de
Menlo Park.
En 1887
trasladó sus laboratorios a West Orange, en New Jersey.
Desde 1955 es
un museo nacional americano.
En cuatro años
obtuvo trescientas patentes entre las que debemos destacar: el micrófono de
carbón, que mejoró el teléfono de Graham Bell e hizo que su uso fuese práctico;
su invento favorito, el fonógrafo (1877), que podía grabar el sonido en un cilindro
de papel de estaño; la lámpara incandescente o bombilla (1879), que hizo posible
el desarrollo del alumbrado eléctrico, que hasta entonces se realizaba mediante
el arco voltaico. Tuvo un gran éxito, por lo que pronto comenzó a trabajar en
el perfeccionamiento de las bombillas y de las dinamos para generar la
corriente eléctrica necesaria. Es por ello que en 1880 fundó la Edison Electric Iluminating Company,
que construyó la primera central eléctrica americana en febrero de 1882, en Holborn
Viaduct de Londres, y más tarde, en septiembre, inauguró la central de Pearl
Street en Nueva
York. Ambas centrales eran de corriente continua; sin embargo, años después el
uso de la corriente continua se vio desplazado por la corriente alterna que
desarrolló, en los EE. UU., el Ingeniero George Westinghouse, basándose en la compra
de las patentes de Nikola Tesla. La compañía Westinghouse puso en
funcionamiento en las cataratas del Niágara, en 1896, la
primera central de corriente alterna en los Estados Unidos (era de corriente alterna
bifásica). Años después, en 1892, la compañía Edison General Electric, al
unirse con la compañía Thomson-Houston, darían lugar a la actual multinacional
General Electric. En 1888 Edison inventó el kinetoscopio, la primera máquina
que producía películas mediante una rápida sucesión de imágenes individuales.
Otros inventos posteriores a destacar son: el acumulador de Edison que
desarrolló en 1909 (un acumulador alcalino de hierro-níquel), resultado de
miles de experimentos, y un método de telegrafía sin hilos para comunicarse con los trenes en
movimiento. Sin embargo, debe señalarse un efecto que descubrió en 1884 y que
lleva su nombre, pero al que no le dio importancia práctica; el efecto Edison o
efecto termoeléctrico indica que el filamento caliente de una lámpara desprende
electrones, que pueden ser atraídos por un electrodo positivo en forma de
placa, situado en el mismo tubo de vacío o bulbo de la lámpara. Este efecto lo
utilizaría años después el inglés J. A. Fleming, para la realización de una
válvula rectificadora (1904), que sería el origen de la Ingeniería de radio o
Ingeniería Electrónica. Aunque Edison no fue en realidad un científico, se le
considera, con razón, el inventor más prolífico de todos los tiempos, con cerca
de 1.100 patentes en su haber.
Se jactaba de
que podía patentar un pequeño invento cada diez días y uno grande cada seis
meses. Decía que el genio es un 1 % de inspiración y un 99 % de transpiración.
Recibió grandes premios y condecoraciones: Doctor Honoris Causa por las
universidades de Princeton y Nueva York. Medallas
John Fritz y Rathenau.
Comandante de
la Legión de Honor francesa en 1878. Medalla de oro del Congreso de EE. UU. en
1928, «por el desarrollo y la aplicación de inventos que han revolucionado la
civilización en el último siglo».
Falleció en
West Orange el 18 de octubre de 1931.
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