lunes, 29 de mayo de 2017

Protección de motores contra arranques demasiado frecuentes (ANSI 66)



Esta protección se emplea exclusivamente en aplicaciones de motor, y su función consiste en evitar el envejecimiento prematuro de la máquina debido a los sobreesfuerzos térmicos y dinámicos que provoca el fenómeno del arranque.

Además de un exagerado calentamiento del estator y particularmente del rotor, se produce una sucesión de choques mecánicos en los acoplamientos y en las cabezas de bobina perjudiciales para los materiales, en particular para los aislantes. Anotemos que un defecto fase-masa, a menudo, es la consecuencia de la rotura de los aislantes de las cabezas de bobina en el extremo de las ranuras.
La frecuencia límite de arranques es un dato constructivo del fabricante del motor por cuanto concierne al dimensionado de las partes mecánicas y tipo de aislante utilizados en la construcción del motor.

Para regular dicha protección se necesita conocer:
  • ·         número de arranques totales autorizados por hora: típicamente de 5 a 6,
  • ·         número de arranques consecutivos autorizados en frío: típicamente 4 (período 1 hora),
  • ·         número de arranques autorizados en caliente: típico 2,
  • ·         tiempo de espera entre arranques consecutivos: 60 s < T < 300 s

El relé detecta una situación de arranque cuando la corriente en una de las 3 fases supera el 5% de la intensidad nominal de la máquina. Por tanto, la protección es trifásica.
El estado de motor caliente es considerado cuando se supera el primer umbral de la protección de imagen térmica, por tanto, aquí observamos una estrecha relación existente entre esta protección y la protección de imagen térmica.

Además, esta protección al "contar" el número de arranques directamente, no depende de la inercia térmica de la máquina, mientras que la protección de imagen térmica sí. Por tanto es una protección eficaz para evitar el rebasamiento del umbral de sobretemperatura en situaciones "anormales" de arranques consecutivos debidos:
  • ·         mal funcionamiento del automatismo de mando,
  • ·         accionamiento manual demasiado frecuente,
  • ·         serie de reconexiones con defecto

Por ejemplo, la situación de la figura1, partiendo del motor frío, viene a justificar lo expuesto.

Observamos cómo, en cada nuevo arranque se parte con la misma pendiente, por lo tanto esto hace que por ejemplo con 4 arranques consecutivos podamos superar el calentamiento equivalente a 2 horas de funcionamiento en régimen nominal permanente.

Con este gráfico queda constatada la relación intrínseca entre la protección de número de arranques y la protección de imagen térmica.


Figura 1



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