jueves, 13 de octubre de 2022

FRANKLIN, Benjamin

 

FRANKLIN, Benjamin

• 17 de enero de 1706, Boston, Massachusetts (USA).

† 17 de abril de 1790, Filadelfia (USA). 


Hombre de Estado y científico norteamericano al que se debe la invención del pararrayos y la teoría del fluido único en Electricidad.

Era el hijo número quince de un total de diecisiete hermanos. su padre fue José Franklin quien era fabricante de jabón y velas, su madre Abriat Volgier. Después de asistir a la escuela primaria comenzó a trabajar en la cerería de su padre. Parte de su formación fue formal, pero principalmente autodidacta. Trabajó como aprendiz con su padre entre los 10 y 12 años de edad.

Fue escritor, impresor, político, diplomático y científico. Sus primeras investigaciones datan de 1747, en las que estudia el maravilloso efecto de los cuerpos puntiagudos que pueden igualmente comunicar el fuego eléctrico a los demás cuerpos y arrebatárselo. Decidió probar un experimento, el cual le haría inmortal, de una manera espectacular; voló una cometa durante una tormenta en 1752 que tenía un alambre de punta en su extremo superior, la enganchó con hilo de seda que se cargaría con la electricidad que hubiera por arriba, suponiendo que la hubiera en alguna parte; en plena tormenta, Franklin acercó la mano a la llave (metálica), a la que estaba atado el hilo de seda y saltó una chispa del mismo modo que ocurría en las botellas

de Leyden (primitivos condensadores que se utilizaban en esa época para hacer experimentos sobre electricidad estática); además, pudo cargar una botella de Leyden a partir de la llave del mismo modo que lo cargaba con una máquina electrostática de frotamiento. La cometa de Franklin electrizó el mundo científico y por ello le hicieron miembro de la Royal Society. Franklin tuvo una suerte tremenda, dado el peligro que representaba su experimento; prueba de ello son las muertes de los dos científicos que lo intentaron inmediatamente después. El descubrimiento anterior le llevó más tarde a inventar el pararrayos (1752).

Fue elegido miembro de la Sociedad Real de Londres y, en 1753 recibió la Medalla Copley de la Sociedad, que en el siglo XVIII equivalía quizás al Premio Nobel. En 1772 fue elegido a la Real Academia de Ciencias de Francia, en París, lo que constituía un honor excepcional, ya que la Academia podía tener sólo ocho miembros no franceses a un mismo tiempo. Se creó el Instituto Franklin de Boston.

Franklin también prestó un inestimable servicio a la ciencia de la electricidad por un hecho accidental también; se sabía de la existencia de dos clases de carga eléctrica; dos varillas de ámbar se repelían si se frotaban y electrizaban, de la misma manera que lo hacían las varillas

de vidrio; sin embargo, una varilla de ámbar electrizada atraía a una de vidrio también electrizada; parecía ser el caso de: opuestos se atraen y semejantes se repelen. Franklin explicó esto considerando la electricidad como un fluido sutil que se podía presentar en exceso o en defecto; así, un objeto con un exceso atraía a otro con defecto, y ambos tipos de electricidad se neutralizaban, por lo que sugirió que el exceso del fluido se debía llamar electricidad positiva y el defecto de aquél electricidad negativa. Sería siglo y medio más tarde cuando J. J. Thomson asociaría la electricidad con las partículas subatómicas, en particular con el electrón.

Franklin, ya anciano, representó a los recién creados Estados Unidos ante la corte de Francia. A su muerte, los franceses le dedicaron el siguiente verso: Eripuit coelo fulmen sceptrumque tyrannis (arrebató el rayo al cielo y el cetro a los tiranos).


Anverso del billete de cien dólares con la imagen de Benjamin Franklin

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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