En una instalación de alta o baja tensión, el neutro puede o no
estar conectado a tierra. Se habla en tal caso de régimen de neutro.
Físicamente, el neutro es el punto común de tres arrollamientos montados en
estrella. Este neutro puede ser accesible o no, distribuido o no. En media
tensión, la distribución del neutro no se realiza en España y poco frecuente en
países europeos; sin embargo, es muy habitual en EE.UU. En baja tensión, la
distribución del neutro es utilizada en todos los países.
La conexión del neutro a tierra puede ser realizada directamente, o
intercalando una resistencia o una reactancia. En el primer caso, se dice que
se tiene un neutro directamente a tierra y en el segundo, que el neutro es
impedante. Cuando no existe ninguna conexión del neutro a tierra, se dice que
el neutro es aislado.
El objetivo de cualquier proyecto, para adoptar el régimen de neutro de una red
eléctrica, debe ser determinar la forma de la puesta a tierra, en base a un
compromiso entre 3 exigencias, a menudo contradictorias:
- una aceptable amortiguación de las sobretensiones,
- una limitación de los daños y las perturbaciones debidas a una falta a tierra,
- una limitación de los daños y las perturbaciones debidas a una falta a tierra,
- la posibilidad de realizar unas protecciones simples y selectivas.
En una red, el régimen de neutro juega un papel muy importante. Durante un
defecto de aislamiento, o de una puesta accidental de una fase a tierra, los
valores alcanzados por las corrientes de defecto, las tensiones de contacto y
las sobretensiones están estrechamente ligados al modo de conexión del neutro a
tierra.
Un neutro unido directamente a tierra contribuye a limitar las sobretensiones;
en cambio, engendra corrientes de defecto muy importantes. Al contrario, un
neutro aislado limita las corrientes de defecto a valores muy escasos, pero
favorece la aparición de sobretensiones elevadas.
En toda instalación, la continuidad de servicio en presencia de un defecto de
aislamiento esta igualmente ligada al régimen de neutro. Un neutro aislado
permite la continuidad del servicio en baja y alta tensión, con la condición de
respetar la seguridad y protección de bienes y personas. Un neutro directo a
tierra o escasamente impedante, impone la desconexión de la red donde aparece un
primer defecto de aislamiento.
La importancia de los daños que aparecen en ciertos equipos tales como motores
y alternadores cuando se presenta un defecto de aislamiento interno, está
igualmente ligado al régimen de neutro.
En una red con neutro directo a tierra, una máquina afectada por un defecto de
aislamiento, se ve fuertemente dañada debido a los elevados valores de las
corrientes de defecto.
En una red con neutro aislado o fuertemente impedante, los desperfectos son
reducidos, pero es necesario que los equipos tengan un nivel de aislamiento
compatible con los niveles de sobretensión que pueden desarrollarse en este
tipo de redes.
El régimen de neutro tiene igualmente una influencia importante sobre la
naturaleza y el nivel de las perturbaciones electromagnéticas generadas en una
instalación eléctrica.
Los esquemas que favorecen corrientes de defecto elevadas y su circulación en
las estructuras metálicas de los edificios son muy perturbadores.
Al contrario, los esquemas que tienden a reducir estas corrientes y garantizan
una buena equipotencialidad de las masas son poco perturbadores.
La elección del régimen de neutro, tanto en baja como en alta tensión, depende
a la vez de la naturaleza de la instalación y la de la red. Está igualmente
influenciada por la naturaleza de los receptores, la necesidad de la
continuidad de servicio y la limitación de los niveles de perturbación
impuestos a los equipos sensibles.
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