miércoles, 16 de mayo de 2018

Líneas aéreas de AT: Prescripciones de seguridad en el izado de torres metálicas




Los operarios especializados en el montaje de la estructuras metálicas de los apoyos o torres de las líneas eléctricas de Alta Tensión, reúnen o deben reunir unas condiciones profesionales y fisiológicas especiales, tales como: no han de tener vértigo, han de ser ágiles trepadores, hábiles con las manos, tener buena visión y un buen equilibrio emocional.

Las precauciones que deben tomarse en el izado de las armaduras de los apoyos metálicos que se tratan en este post son los realizados empleando medios manuales y mecánicos.

Procedimiento de izado por pivotamiento

Constituye uno de los procedimientos de izado mecánicos, en este procedimiento se precisa la ayuda de una pluma articulada (figura 1) que se maneja manualmente o mediante un cabrestante. La pluma acciona un cable, fijado a unos 2/3 de la altura del poste. En las fundaciones están montados previamente los pies del poste y cuando el hormigón está bien fraguado, puede montarse el poste, disponiendo una charnela de giro apoyada en los hierros de la cimentación y haciendo girar el conjunto del poste sobre ella, con la ayuda de la pluma articulada.




Figura 1: Izado de torre por pivotamiento

Con este procedimiento de izado, son necesarias dos brigadas, una en cargada de montar la estructura del poste, tumbado en el suelo, atornillando o remachando sus partes metálicas, y otra, encargada del izado propiamente dicho.

Este procedimiento exige un tiempo importante, debido al montaje en el suelo y, cuando la separación entre montantes es importante, el izado presenta dificultades. Sin embargo, es muy empleado este tipo de izado, sobre todo para postes de pequeño y mediano tamaño, porque no es necesario que el personal este tan entrenado como en el caso del izado por tramos.

Procedimiento de izado por tramos

Este procedimiento es también muy utilizado. Los fabricantes de los postes metálicos suministran estos por estructuras parciales, convenientemente numeradas. De esta forma, los montadores van colocando las estructuras parciales, atornillándolas sobre el conjunto, estructuras que les sirven al personal de la brigada en el propio punto de trabajo, por medio de un mástil o grúa, provistos de un ternal. La fotografía de cabecera muestra una torre parcialmente montada por este procedimiento. Con personal bien entrenado este procedimiento de izado es mucho más rápido que el de pivotamiento y, además, se precisa menos espacio para las operaciones de montaje y de izado de los postes.

Precauciones previas al izado

     Los apoyos o torres que se han de montar pueden estar ubicadas, por exigencias del terreno o proyecto, a distancias muy próximas de alguna línea eléctrica con tensión, un ferrocarril electrificado, una carretera con mucha circulación, un teleférico, etc.; en estos casos, el jefe de trabajos debe tomar las precauciones propias a cada caso, como por ejemplo, los vientos de las plumas de izado han de situarse a una distancia suficiente como para que no puedan entrar en contacto con líneas electrificadas, no se adquieran inducciones peligrosas, etc. Los vientos pueden ser de material no conductor, con lo cual desaparecen algunos de los inconvenientes indicados.







                                                                              Figura 2

      El izado de las piezas metálicas se debe realizar por lugar distinto del que estén las líneas. Se deben prever incluso, la posible caída de la pluma de izado sobre líneas, carreteras, ferrocarriles, etc. En el caso de carreteras, se debe señalizar la calzada con indicación del tipo de trabajos que se realizan.
    






Si las líneas, próximas al izado, están electrificadas se debe procurar, por todos los medios posibles, que sean “descargadas” para trabajar con seguridad. Estos casos de deben prever en el proyecto y estudiada la mejor solución.


Figura 3

Precauciones en el Izado manual
     El peso de los tramos de torre, armados, no deben sobrepasar el peso estimado que la pluma puede izar en circunstancias normales, ello en previsión de que los posibles desgastes de sus aparejos produzcan rotura, pandeos, e incluso desplomes.
     El jefe de trabajos debe poner especial cuidado en asegurar el izado con la idónea colocación de la pluma o plumín, así como de la fijación y disposición de sus vientos, tres o cuatro, dependiendo de la estabilidad de la pluma mientras son elevados los pesos.
   Los vientos deben ser de materiales propios para el esfuerzo que deben soportar, flexibles y manejables, para los continuos amarres a los anclajes que deben soportar. Si los vientos son de cuerda deben estar exentos de roturas y en caso , muy frecuente, de ser de acero, las venas rotas no deben sobrepasar el 5%.
     Los pistolos, puntillas, estacas, etc. que se clavan en el suelo para servir como puntos de anclaje a los vientos, estarán anclados y asegurados de acuerdo con los esfuerzos que han de soportar de dichos vientos., tales como: resistencia, profundidad de hincado, ángulo de tiro y longitud. Si el suelo donde están anclados fuera lo suficientemente compacto para el “tiro” o esfuerzo que han de soportar de dichos pistolos o estacas, se clavaran otras estacas en cascada, de manera que unas afiancen a las otras (figuras 4 y 5).












Figura 4: la seguridad de un anclaje se aumenta con otras estacas
clavadas y amarradas en cascada




Figura 5: El ángulo que forman la dirección de la estaca de anclaje del viento y la dirección del esfuerzo que realiza éste debe ser algo superior a 90º

         Se debe tener especial cuidado, cuando se escoja un árbol como amarre en lugar de clavar una estaco o pistolete, pues dicho árbol ha de ser lo suficientemente seguro para el esfuerzo que ha de aguantar, en particular si llueve o se riega el campo, donde esta plantado el árbol, porque el terreno se esponja y pierde consistencia y por tanto resistencia.
      El jefe de trabajos, ha de prever las distintas tensiones que han de soportar pistolos y vientos de la pluma de acuerdo con la posición que dicha pluma ocupe sobre la torre. Como consecuencia de esas tensiones se pueden arrancar los anclajes, incluso “arrugar” los montantes de la torre debido al esfuerzo vertical que pluma y peso ejercen sobre torre y anclajes de los vientos, de acuerdo con la descomposición de las fuerzas que intervienen. (figura 6).


Figura 6: Esta figura muestra la pluma ubicada en medio de la torre, sostenida en cabeza por los vientos o riostras anclados al terreno con estacas o puntillas y por la parte inferior con los cables anclados a los montantes de la torre.


      El cabrestante manual de izado, debe estar situado fuera del radio de acción de la posible caída de la pluma, situada en la posición más desfavorable y elevada. Este cabrestante debe estar suficientemente anclado al suelo para no poder ser desplazado o levantado por el esfuerzo de la “tiradera”, dicha tiradera actuará lo más paralela posible al suelo, circunstancia que obliga a situar la polea de reenvío amarrada a las mismas peanas de la torre y centrada en la vertical de la pluma.
      Tanto la “tiradera” como el cabrestante, no deben sobrepasar el esfuerzo máximo de seguridad al que fue previsto en su construcción. Ello viene determinado en la placa de características del cabrestante donde se especifica: potencia máxima, diámetro y longitud del cable que se arrollara al tambor.
       El tambor del cabrestante debe estar previsto para acoger los metros de tiradera necesarios de acuerdo con la altura máxima que ha de alcanzar la pluma, se debe tener en cuenta que en el tambor del cabrestante han de quedar, como mínimo, seis vueltas del cable tiradera para que ésta no se escape ante algún tirón violento. El extremo de la tiradera, final de las seis vueltas, ha de estar perfectamente fijado al anillo lateral del tambor. El cabrestante debe tener trinquete antiretroceso. El tambor no se debe engrasar para impedir el “resbalamiento” del cable.
       La tiradera no se debe alargar, han de ser toda de una pieza, sin empalme.
      El hierro clasificado y el lugar escogido para el armado de “paneles” ha de estar fuera del radio de acción de posibles caídas, montantes, ángulos, tornillos, tuercas, etc. no se debe circular por debajo del lugar donde se realiza el montaje de torres, ni de donde haya cargas suspendidas.
       Las cuerdas y cables que se utilicen en el izado deben estar en buen uso, sin cocas, ni venas rotas. Su mantenimiento y conservación responderán al propio de cuerdas y cables.
      Los pistolos, estacas y plumillas de anclaje no deben tener “rebabas”, los mazos o mandarrias han de conservar las caras de ataque, limpias, planas y sin muescas, los mangos en buen estado, sin remiendos ni ataduras.
     Los “punteros”, utilizados para hacer coincidir taladros y acollar los tornillos, deben ser del tamaño adecuado a la gama de tornillos propios de la torre, Se utiliza frecuentemente como puntero la llave de pipa, cuyo brazo de palanca está terminado en punto, esta circunstancia reduce el número de herramientas que utilizan los operarios.
      Las llaves se pueden asegurar contra las posibles caídas de la mano del operario, con artilugios que las mantengan sujetas a las muñecas, tal como se muestra en la figura 7.



Figura 7: Llave inglesa o llave dinamométrica con el cordel o cinta que la une a la mano del operario no permitiendo su caída en caso de escape.

     Los operarios que realizan el izado de torres deben usar: casco de seguridad con barbuquejo, gafas contra impactos (por desprendimiento de partículas de óxido y tierra de los hierros) y botas de puntera metálica. Cuando los operarios se encuentren encaramados en lo alto de las torres, deben usar cinturón de seguridad adecuado, se recomienda el de paracaídas extensible para poder desplazarse libremente.
     Los operarios que “apuntan y cosen” los entramados, deben emplear palanquetas o punteros para no atraparse los dedos, manos (figura 8), entre montantes y cartelas.



Figura 8: Operarios intentando el acoplamiento de los montantes mediante el empleo de punteros para hacer coincidir los taladros. Detalle de la llave de pipa con puntero.

Precauciones en el Izado mecánico

·         El izado de hierros por medios mecánicos con uso de cabrestantes a motor, requieren tomar las mismas precauciones que en el izado manual, más las derivadas del uso y utilización de los mencionados medios mecánicos.
·         En los cabrestantes a motor es imprescindible que todas las operaciones de izado, se realicen obedeciendo las ordenes distadas del capataz, mediante la utilización de señales y ademanes con los brazos. El motorista y capataz deben conocer perfectamente el significado de los ademanes de mando con los brazos, y mano, así como los operarios (figura 9).



Figura 9

·     El cabrestante debe poseer los frenos y trinquetes adecuados para soportar y asegurar, sin peligro alguno, las paradas y frenazos necesarios de las cargas en suspensión, siempre que éstas no sobrepasen los pesos límites que se indican en la placa de características del cabrestante.
·      Las cargas en peso que el cabrestante debe izar, no deben llegar a las marcadas por su placa de características y menos sobrepasarlas, asimismo el cable de la “tiradera” deberá tener la sección, y resistencia mecánica adecuadas a los esfuerzos que se solicitan de él.
·      Se deben vigilar expresamente, el estado de las zapatas o cinta de freno, el trinquete de retroceso y no realizar con las cargas movimientos bruscos. Se debe evitar toda posible “coca” en el cable, se ha de arrollar en el tambor con un orden y secuencia adecuados. La última capa de cable no se debe desenrollar en previsión de que algún esfuerzo brusco pueda “escurrir” dicho cable, dejando escapar la carga.
·      Las tuercas, tornillos, herramientas, poleas, “bragas”, cuerdas, cables, y otros materiales, no deben ser lanzados ni dejados caer, sino que se han de izar o bajar por medio de cuerdas de servicio con bolsas, preparadas para tal fin.
·      Las cuerdas que se utilicen, cualquiera que sea su función, deben tener un diámetro superior a 12 mm., ello facilita su agarre con las manos y por tanto puede evitar accidentes.
·   Los medios mecánicos a motor son utilizados para izar grandes cargas, y ello requiere conocimientos del comportamiento de los materiales, por parte del jefe de trabajo y de las herramientas que se utilizan: cabrestante, motor, poleas, cables, cuerdas, plumas, posibilidades que tiene el suelo donde se clavan estacas de amarre, arboles, etc. No se deben sobrepasar los coeficientes de seguridad de dichos materiales. Se debe desechar todo material o herramienta defectuosa y cuidar del mantenimiento y conservación apropiados a cada tipo de material o herramienta que se utilice.




Figura 10: Plumas elevando grandes cargas

·         Se recomienda dejar el trabajo cuando, haya muy próximas tormentas con aparato eléctrico o viento muy fuerte.
·         Los cables y cuerdas se deben vigilar muy cerca y desechar todos aquellos que tengan más de un 5% de venas rotas.

Apretado y graneteado de tornillos y tuercas

·       La operación de apretado y reapretado de la tornillería de la torre, una vez izada y armada totalmente, es una operación imprescindible antes de proceder al tendido de conductores, con ello, se puede evitar el curvado o derrumbe de alguna de ellas. El graneteado de las tuercas se ha de realizar para que, por vibraciones, no se aflojen los tornillos. Los granetes y los martillos que se utilicen se deben adecuar al esfuerzo a realizar.
·   La operación del apretado correcto de los tornillos se recomienda efectuarla con la llave dinamométrica correspondiente para no realizar un mayor esfuerzo, por parte del operario, ni recurrir al clásico tubo para aumentar el brazo de palanca, esta operación es improcedente y peligrosa, porque inutiliza las llaves normales y puede “pasar de rosca” el tornillo, con la consiguiente rotura.



Figura 11: Apretado y graneteado de tornillos y tuercas

·       Los operarios que realizan el apretado y graneteado de las torres, deben realizar el trabajo a un mismo nivel para evitar accidentes.
·      No se debe hacer coincidir en una misma torre, el hormigonado de las peanas con el apretado y graneteado, porque estos trabajos se realizan a distinto nivel y no hay conexión entre los operarios del hormigonado y los del izado.
·     Los operarios que realizan el apretado y graneteado de tornillos, deberán usar casco con barbuquejo, gafas contra impactos, guantes de cuero, botas de seguridad y cinturón de seguridad, este cinturón es recomendable sea extensible con paracaídas.
·   Para evitar la caída de llaves y martillos deben preverse los artilugios de sujeción reseñados anteriormente e indicados en la figura 7.


FUENTES:

ENHER: Normas para la construcción, montaje y conservación de líneas de transporte de energía eléctrica.
Fotografías: ODEBRECHT Ingeniería y Construcción Internacional
Biblioteca CEAC: Instalaciones eléctricas: Postes metálicos



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