En este post se quiere destacar la
responsabilidad a la que induce la necesidad, cada vez mayor, de garantizar la
calidad en el suministro de energía por parte de las compañías eléctricas y por
otra, la de incrementar la especialización de las empresas de servicios que
deben evolucionar con las nuevas técnicas de mantenimiento donde la seguridad
integral del hombre y la máquina es el objetivo primordial.
Mantenimiento
y seguridad
El mantenimiento es un pilar básico de la
seguridad, sin el cual, muchos objetivos de prevención no podrían llevarse a
efecto. Normas elementales de seguridad como la que a continuación se indica,
así nos lo manifiesta:
“Es preferible prescindir de los sistemas de seguridad,
si éstos no se mantienen en perfectas condiciones de servicio”
De aquí se deriva la condición de que sin el
mantenimiento, las protecciones mal concebidas o inoperantes, inducen a un
falso sentimiento de seguridad cuyo riesgo es más elevado que el no disponer de
ellas.
El mantenimiento y la seguridad, por tanto,
coinciden en sus procedimientos:
·
El
mantenimiento previene las averías de las instalaciones
·
La seguridad
previene el accidente del hombre
Tanto los accidentes de trabajo como las averías
son incidentes que histórica y sutilmente, de forma apriorística, se
diferencian, para poder distinguir entre seguridad y mantenimiento preventivo.
Ambos utilizan procedimientos y prescripciones relacionadas:
La protección de las instalaciones, también ampara
la integridad del hombre.
Normas de seguridad conocidas como el dualismo
hombre/máquina, recurren a la prevención técnica para garantizar la integridad
del operario, con ello se quiere significar que el control de los factores humanos
resultan más difíciles y problemáticos que los factores técnicos. A pesar de la
importancia delos factores humanos, para lograr una seguridad eficaz es más
acertado actuar sobre los factores técnicos. La seguridad técnica resulta ser
la idónea porque para proteger al hombre paradójicamente debemos olvidarnos de
él. Esta es la llamada Paradoja del
factor técnico.
Los objetivos básicos del mantenimiento son:
- Reducir las interrupciones del servicio eléctrico imprevistas.
- Aumentar la disponibilidad y vida de las instalaciones.
- Mantener y mejorar las condiciones de seguridad, tanto de las instalaciones como del personal operario.
Por consiguiente, es acertado decir que el
mantenimiento de las instalaciones es un método importante de prevención,
integrado en la seguridad, y la seguridad integral alcanza su capacidad
preventiva cuando es intrínseca e inherente. Intrínseca porque deberá estar
introducida en la instalación desde su concepción e inherente porque debe ser
inseparable en condiciones normales de explotación.
La seguridad, analizada bajo un prisma
prevencionista está relacionada con cuatro factores dependientes los unos de
los otros:
- Fiabilidad: Probabilidad con que un sistema o componente, realiza una o varias funciones establecidas, en unas condiciones dadas y durante un espacio de tiempo dado.
- Disponibilidad: Probabilidad de que un sistema o componente sea mantenido o restablecido a un estado en el que pueda cumplir las funciones requeridas.
- Mantenibilidad: Probabilidad para que una operación determinada de mantenimiento pueda ser efectuada durante un intervalo de tiempo dado.
- Seguridad: Aptitud de un sistema o componente para evitar acontecimientos graves en su servicio durante un espacio de tiempo dado.
Definiciones adoptadas por la IEC 271 y 271 A,
donde se observa que el término “aptitud” ha sido reemplazado por el de
“probabilidad” en las definiciones precedentes con el fin de permitir un
análisis probabilístico; excepto en lo concerniente a la seguridad que continúa
siendo un concepto determinista y para el cual se ha conservado el término
“aptitud”.
Estos factores característicos de la seguridad
pueden parecer contradictorios:
Una excelente mantenibilidad de un sistema o
componente va en detrimento de su fiabilidad, en cambio, la disponibilidad de
este, es por su parte, un compromiso entre la fiabilidad y la mantenibilidad.
De igual forma podemos asimilar contradicciones
entre seguridad y disponibilidad, puesto que cuando el sistema o componente
presenta menos riesgos es precisamente cuando éste está parado, entonces la
seguridad es máxima pero la disponibilidad es nula.
Sin embargo, cuando se habla de factores técnicos
y humanos no podemos entenderlos como condiciones desligadas, pues su conjunto
constituye una sola seguridad con dos vertientes, dicho de otra forma, tras
todo fallo técnico existe siempre una acción u omisión humana que lo explica,
es decir, fallos humanos que explican los
fallos técnicos.
En las instalaciones eléctricas, al igual que en
cualquier instalación industrial, la seguridad integral debe estar circunscrita
en torno al proyecto. El montaje, la explotación y la conservación. De todas
ellas, es en la etapa de proyecto de la instalación cuando más seguridad se
puede llevar a efecto, al igual que cualquier fallo de seguridad en el diseño,
puede comportar un riesgo en las etapas sucesivas. Desde el punto de vista del
mantenedor, tanto los productos como las
instalaciones eléctricas desarrolladas por los servicios técnicos son netamente
funcionales desde el punto de vista del servicio que prestan. Sin ánimo de crítica,
es cada vez más frecuente encontrar determinada aparamenta, máquina o la propia
instalación, cuyo entretenimiento exige una vigilancia o revisión periódica en
los que sus accesos son muy limitados, de dimensiones muy reducidas que obligan
a extremar las precauciones por ser difícil alcanzar sus elementos sin peligro
de la integridad física.
Solo
un completo conocimiento de los riesgos, nos permitirá en cada caso, utilizar
los medios de protección adecuados y las prescripciones de seguridad necesarias
para prevenir el accidente.
Analizaremos pues, la seguridad bajo sus
distintos aspectos, comenzando con los riesgos que de forma general pueden
presentarse en las instalaciones eléctricas y las posibles soluciones que
mitigan o disminuyen los efectos de los posibles accidentes o siniestros.
Técnicas operativas en seguridad
Tal y como se ha
venido indicando, son dos las vertientes que pueden conducir hacia la seguridad
integral:
a)
Técnicas
operativas que inciden sobre el factor técnico:
●
De
concepción. Tales como:
o
Seguridad en
el diseño y el proyecto de las instalaciones.
o
Seguridad en
el diseño y proyecto de equipos.
o
Seguridad en
el diseño de los métodos de trabajo, etc.
●
De
corrección. Como pueden ser:
o
Adaptación
de sistemas de seguridad.
o
Adaptación
de defensas y resguardos.
o
Adaptación a
las nuevas normas.
o
Mantenimiento
preventivo, etc.
b)
Técnicas
operativas que inciden sobre el factor humano, tales como:
- Selección del personal
- Formación en seguridad
- Adiestramiento
- Acciones de grupo
- Disciplina, Etc.
El
factor humano y su influencia en la prevención
La capacidad física de los operarios se debe
determinar en la planificación de los
trabajos de mantenimiento, eligiendo los procedimientos más adecuados así como
las herramientas y equipos necesarios que faciliten las labores encomendadas.
Planificar significa detectar todos los riesgos implícitos en cada trabajo.
En lo que respecta a los riesgos más
problemáticos, los ocasionados por el factor humano, se debe:
- Evitar la improvisación
- Potenciar el profesionalismo.
El
dilema de la pirámide
Las personas estamos expuestas a diversos cambios
conductuales por motivos personales que pueden influir negativamente en la
seguridad en el trabajo, por ello, a pesar de que se trate de un operario apto,
formado y suficientemente equipado, es de su actitud de la que dependerá su seguridad en el momento de ejecutar
el trabajo.
La confianza y la rutina en el trabajo es con
toda seguridad el riesgo más difícil de prevenir, se va arraigando de forma
paulatina en el trabajador conforme este va adquiriendo un mayor nivel
profesional. Estos son los factores humanos desencadenantes del mayor número de
accidentes, las estadísticas así lo demuestran.
La rutina y la confianza en el trabajo son las
mayores causas de accidente en el sector eléctrico y sobre todo en labores de
mantenimiento de instalaciones eléctricas, se manifiesta paradójicamente, como
consecuencia de un alto nivel de seguridad y profesionalidad en el colectivo de
especialistas.
Curiosamente es en los trabajos habituales donde
se practica la nefasta rutina, quizás por tratarse de tareas fáciles y
repetitivas, en cambio, en los trabajos de emergencias (averías, prisas,
situaciones anómalas,…), paradójicamente, de manera sistemática desaparece la
rutina y con ella también el accidente, debido a que el especialista intuye el
peligro, detecta el riesgo lo considera y lo combate porque tiene a su alcance:
formación, aptitud, suficiencia pero sobre todo la actitud, es decir, la
voluntad de querer desarrollarlo, y es precisamente sobre la actitud del
individuo donde la rutina actúa desarrollando prácticas inseguras que tarde o
temprano degeneran en accidentes.
Para evitar la proliferación de estas conductas
inseguras, actos rutinarios, gestos nefastos, etc., es necesario:
• Concienciar
• Formar
• Reciclar
¿Cómo
se consigue limitar los riesgos ocasionados por el factor humano?
Es necesario corregir las actuaciones inseguras
del operario por medio de las siguientes acciones:
1ª
acción: influir sobre la ACTITUD de los operarios
- Actitud hacia el RIESGO
- Actitud frente a su SEGURIDAD y la de su grupo de trabajo
- Actitud hacia los PROCEDIMIENTOS de diseño, montaje, mantenimiento y operación.
- Actitud hacia el cumplimiento de las NORMAS TÉCNICAS.
2ª
acción: FORMACIÓN del personal
operario:
- La formación aumenta la PRODUCTIVIDAD y elimina los ACCIDENTES.
- La formación mejora la AUTOESTIMA y la MOTIVACIÓN del trabajador.
- La formación promueve el DESARROLLO y ayuda al trabajador a ADAPTARSE, INTEGRARSE y sentirse más SEGURO en el puesto de trabajo.
3ª
acción: Regular la APTITUD de los operarios con el trabajo
a desarrollar:
- La aptitud es el CONOCIMIENTO o CAPACIDAD de la persona para realizar funciones de MANERA SEGURA
- La aptitud determina la posibilidad que tiene la persona de CREAR y FOMENTAR sus CUALIDADES y HABILIDADES. Constituye uno de los pilares fundamentales de la seguridad y, se basa en LA CONFIANZA.
4ª acción: SUFICIENCIA para realizar el trabajo encomendado:
- El operario necesita disponer de Equipos de Protección Individual y Procedimientos adecuados para llevar a cabo su labor con seguridad.
Esquema
de conducta humana defensiva ante el riesgo eléctrico
Factores de riesgo en la explotación de
instalaciones eléctricas
Existen factores de riesgo durante la explotación
de las instalaciones eléctricas que condicionan su normal funcionamiento entre
las que se pueden citar:
Factores pasivos
Son circunstancias mecánicas y ambientales que
degradan los mecanismos por desgaste y contaminación respectivamente.
Uso inadecuado de equipos
Consecuencia de una deficiente preparación,
entrenamiento o motivación del personal operario.
Perturbaciones eléctricas
Cortocircuitos, sobrecargas, sobretensiones, etc.
que comportan situaciones de riesgo tales como, incendios, explosiones, emisión
de productos tóxicos, contactos indirectos, transferencias de tensiones por el
terreno y otros.
Para soslayar estos factores de riesgo existen
recursos de diseño en el proyecto y correctivos en el mantenimiento que los
eliminan o reducen considerablemente, tales como:
- Normas de seguridad para el usuario.
- Procedimientos de explotación.
- Incrementar la calidad de servicio (continuidad, disponibilidad).
- Posibilidad de reparación (emergencia, intercambiabilidad).
- Mejorar la coordinación del aislamiento de la aparamenta (Elección de tensiones y niveles de aislamiento).
- Mejorar las prestaciones de la aparamenta de maniobra (poder de corte y cierre).
- Adecuar los regímenes de neutro.
- Verificar la selectividad de las protecciones.
- Revisar la estabilidad del funcionamiento.
- Comprobar las caídas de tensión (en funcionamiento normal y en el arranque de grandes motores)
- Compensar adecuadamente la energía reactiva
- Limitar en lo posible los armónicos en las redes
- Etc. etc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario