martes, 27 de marzo de 2018

Electricidad: Magnetismo y Electromagnetismo (Parte 1ª)





El magnetismo y qué lo causa

La denominación “magnetismo” procede de la antigua ciudad de Asia Menor llamada Magnesia, en la que abundaba un mineral de hierro (la magnetita), que atrae al mismo hierro.

¿Quién no ha tenido en sus manos un imán, comprobando como atrae a objetos de hierro o acero?


El magnetismo es, justamente, la propiedad de atraer al hierro o a otros metales magnéticos.

La característica magnética que tienen los electrones es la causa del magnetismo. Por lo tanto el origen del magnetismo está en la estructura atómica de la materia y, también, en el movimiento de las cargas eléctricas.

Los electrones de los átomos de los cuerpos magnéticos describen rotaciones alrededor de su propio eje, de forma qué engendran en el espacio que los rodea una acción por la que atraen o repelen a otros cuerpos, cuyos átomos también poseen electrones dotados de dichos movimientos de rotación.

Así pues, el magnetismo no es, ni más ni menos, que un caso particular de los fenómenos eléctricos.

¿Qué es el imán?

El imán es la sustancia que tiene propiedad magnética.


La acción magnética del imán se manifiesta con mayor intensidad en los extremos (polos), y disminuye hasta la región media o llamada zona neutra, donde apenas tiene tal capacidad.

Los polos iguales se repelen y los distintos se atraen, así entre los polos de los imanes se ejercen fuerzas de repulsión o atracción de origen magnético.

Naturaleza del imán

Si dividimos el imán en dos partes iguales observamos que en los extremos del corte han aparecido dos nuevos polos magnéticos, y el imán primitivo se ha transformado en dos imanes.

Si cada uno de estos pedazos se rompen en otros dos, se obtendrán idénticos resultados.


Es pues, imposible separar los polos norte y sur de un imán.

Se deduce de aquí que una barra imantada no es otra cosa más que el resultado de asociar multitud de pequeños imanes elementales. Se podrá decir que cada molécula del cuerpo magnético es un imán elemental.

Estados del imán

Magnetizado totalmente

Si todas las moléculas se orientan ordenadamente, de forma que sus acciones magnéticas se sumen, el cuerpo magnético se convierte en un verdadero imán.

Desmagnetizado

Sus moléculas están dispuestas desordenadamente, de manera que los campos magnéticos de las moléculas se anulan mutuamente, dando como resultado una resultante magnética nula.

Magnetizado parcialmente

Pero si sólo son algunas las moléculas que se orientan, el imán obtenido será débil. Esta orientación total o parcial de las moléculas, depende de la intensidad magnética de la causa imanadora.

Clasificación de los imanes

Según su naturaleza tenemos:

Imanes naturales

Como la magnetita u óxido de hierro, que presenta la propiedad magnética por sí misma

Imanes artificiales

Son los cuerpos que adquieren la propiedad magnética, tras haberles aplicado un proceso de imantación.
                              
Por ejemplo la brújula (*) y el imán de herradura

Los imanes artificiales pueden dividirse en:

·         Imanes permanentes

Aquellos que mantienen su propiedad magnética, aún después de cesar la causa que la ha producido. Se usan en la construcción de motores eléctricos, como los del limpia-parabrisas de los automóviles.

El material de los imanes de herradura y brújulas es el ALNICO. Las nuevas tecnologías de materiales han avanzado de forma notable poniendo en el mercado imanes permanentes muchísimo más potentes:

- Las ferritas (pequeños motores de automoción, cierres de puertas en muebles de cocina)
- Los imanes de tierras raras (servomotores de altas prestaciones, robótica)

·         Imanes temporales

Son los que sólo son capaces de atraer al hierro o al acero mientras dura la causa que ha producido su imantación.

Se usan en la fabricación de electroimanes para puertas de ascensor y motores eléctricos.

El material con que están construidos es básicamente hierro dulce, es decir con bajo contenido de carbono que es el que lo convierte en acero.

Suele tomar la forma de planchas afiladas o también de ferritas sinterizadas -prensado de polvos y posterior cocción en horno.


(*) La brújula

Está compuesta de una aguja imantada sobre un soporte, de forma que puede girar libremente. Como todo imán tendrá un polo norte y un polo sur, al igual que también lo tiene el gigantesco imán, que es el planeta tierra.

Debido a ello la aguja de la brújula siempre se orienta de forma que su polo Sur es atraído por el inmenso polo Norte terráqueo, de manera que lo señala.

Se ha de evitar acercar otros imanes o masas de hierro a la brújula, pues su aguja se vería afectada por éste, y no por la tierra, dejando de señalar el Norte terráqueo para señalar el norte del imán.


Imantación de la materia

Podemos obtener imanes artificiales mediante imantación por frotamiento, contacto, influencia o mediante la corriente eléctrica.

Imantación por frotamiento

Si frotamos repetidas veces un objeto de acero o material magnético duro con un imán y lo hacemos siempre en el mismo sentido y con el mismo extremo, conseguiremos un imán artificial por frotamiento.


Imantación por contacto

Si se acerca un imán hasta tocar a una barra de acero o material magnético duro, se ve cómo el imán la atrae.

Aproximando después el imán, con la barra adherida, a un objeto de acero, se observa cómo ambos lo atraen, de modo que la barra se comporta como un segundo imán.

Esta propiedad se conserva aunque se separen la barra y el imán primitivo, de modo que la barra se ha imantado por contacto.


Imantación por influencia o inducción magnética

Si se aproxima un imán a una barra de acero o de hierro dulce, sin que lleguen a tocarse y se coloca un objeto de acero junto a la barra, vemos que ésta lo atrae. Decimos que la barra de acero o de hierro dulce se ha imantado por influencia.

Un caso particular de la imantación por influencia es la que producen las bobinas por donde circula corriente eléctrica, ver el apartado de electromagnetismo.


La Tierra, un gigantesco imán

Debido a las altas temperaturas, y pese a las altas presiones, el centro de la tierra tiene un estado entre líquido y sólido, que permite el movimiento del magma.

El magma contiene sustancias magnéticas que están, pues, en movimiento. Así es como se origina el gigantesco imán que es nuestro planeta Tierra.

La tierra constituye un potente imán cuyos polos magnéticos están en las proximidades de los geográficos. Las líneas de fuerza van del polo sur geográfico al Norte, siendo el polo Norte magnético, por consiguiente, el polo sur geográfico de la Tierra.


La línea que une ambos polos se denomina eje magnético terrestre y forma con el eje geográfico un cierto ángulo.

El polo sur magnético dista unos 1.200 Km del polo norte geográfico, mientras que el norte magnético dista unos 1.300 Km del sur geográfico.

Si tomamos un imán y lo suspendemos por su centro de gravedad, mediante un hilo, siempre toma una dirección bien definida que coincide aproximadamente con el Norte-Sur geográfico de la Tierra. Se debe a la acción del magnetismo terrestre.

La extremidad del imán que señala al polo Norte de la Tierra recibe el nombre de polo Norte del imán, y la que señala hacia el polo Sur se le da el nombre de polo Sur.

Declinación magnética

Al no encontrarse los polos magnéticos y geográficos en el mismo lugar, la dirección marcada por el imán, que se puede mover libremente en un plano horizontal, no coincide con el meridiano geográfico, sino que forma con él un ángulo que se llama declinación magnética.

Este ángulo es variable para los distintos puntos de la Tierra, y dentro de un mismo punto varía de unos años a otros.


Inclinación magnética

Si el imán se puede mover libremente, según un plano vertical, y no queda completamente horizontal; forma un ángulo con la línea del horizonte que se conoce con el nombre de inclinación magnética.

Este ángulo es también variable según la época y para los distintos puntos de la Tierra.


El campo magnético, Los imanes

Al igual que las cargas de igual signo se repelen y las cargas de distinto se atraen, algo parecido ocurre con los polos de los imanes.

La fuerza de atracción de un imán se puede comprobar colocando unos clavos sobre una mesa, y acercando por debajo de la misma un imán.


Desplazando el imán, veremos que los clavos se mueven en el mismo sentido que aquél. O sea el imán atrae sustancias magnéticas a cierta distancia.

Pero si alejamos el imán de la mesa, a partir de cierta distancia los clavos no se moverán pese a qué así lo haga el imán.

Esto se consecuencia de que el imán causa la aparición de fuerzas magnéticas a su alrededor.

Representación del campo magnético

El campo magnético de un imán es la región del espacio circundante en que se ponen de manifiesto fuerzas de origen magnético.

Estas fuerzas irán disminuyendo a medida que nos alejamos del imán, y se concentrarán en los extremos de éste, siendo casi nulas en la línea neutra o centro del mismo.

Las líneas de fuerza del campo magnético son la representación de éste campo.



Experimento para ver las líneas de fuerza del campo magnético

Experimentalmente se pueden ver las líneas de fuerza del campo magnético esparciendo limaduras de hierro sobre una lámina de papel, debajo de la cual hay un imán. Al golpear ligeramente el papel vemos como se alinean las limaduras.

Líneas de fuerza según el tipo de imán

Veamos diferentes líneas de fuerza según el tipo de imán


y su interacción:


El sentido de las líneas de fuerza es una convención.

Principales magnitudes magnéticas

Las principales magnitudes magnéticas son:

·         El flujo magnético.
·         La  inducción magnética.
·         La intensidad magnética.
·         La permeabilidad magnética.
·         La reluctancia magnética.

El flujo magnético

Al número de líneas de fuerza magnética que atraviesan una superficie, lo llamamos flujo magnético.

Nos da idea del poder del campo magnético, puesto que cuanto mayor sea el número de líneas de fuerza, mayor será el valor de flujo y mayor es la acción magnética que se origina.

Se representa por la letra griega fi (φ), y su unidad es el Maxwell, en el sistema de unidades CGS.


Una superficie de, por ejemplo, 6 cm2  atravesada por 300 líneas de fuerza, implicará un flujo de 300 Maxwells.

En el sistema de unidades MKS su unidad es el Weber (1 Maxwell = 10-8 Weber).

La inducción magnética

La inducción magnética es el número de líneas de fuerza magnética que atraviesan un centímetro cuadrado de una superficie.

Se representa con letra B y su unidad es el Gauss, en el sistema de unidades CGS.


Por ejemplo una superficie de 6 cm2 atravesada por un flujo de 300 maxwell, tiene una intensidad de campo de 50 Gauss.

En el sistema de unidades MKS su unidad es el Tesla (Tesla = Weber / m2).
Siendo: 1 Gauss = 10-4 Tesla.

La intensidad de campo magnético

Es la causa que produce el establecimiento del flujo magnético en un circuito magnético concreto. Es decir, es quien mantiene las líneas de fuerza o la inducción en una zona determinada del circuito.

Se representa por la letra H, y su unidad es el Oersted, en el sistema de unidades CGS.
En el sistema de unidades MKS su unidad es el Amper - vueltas / metro.

(1 Oersted = 103/π    Amper - vueltas / metro)

Curiosidad:

En el circuito magnético de un electroimán, por ejemplo, para doblar el flujo magnético, es decir, para establecer el doble de líneas de fuerza hemos de doblar la H.

Para ello debemos hacer circular el doble de corriente por la bobina excitadora o bien doblar el número de espiras o vueltas de la bobina.

La unidad de H viene dividida por una distancia (metro) porque como se comprenderá es más "intensa" una bobina corta que una larga, siempre que tenga los mismos Amper · Vuelta.

La permeabilidad magnética

La permeabilidad puede definirse como la propiedad que tienen ciertos cuerpos de dejar pasar por su interior las líneas de fuerza del campo magnético.


La permeabilidad se expresa mediante un coeficiente de permeabilidad que es característico de cada cuerpo introducido en el campo.

Este coeficiente de permeabilidad, representado por la letra griega µ, viene dado por la relación entre la inducción B y la intensidad del campo H. Siendo  µ   para el aire igual a 1.

Comentario:

Para el hierro es del orden de 10.000, es decir el hierro es 10.000 veces mejor conductor del campo magnético que el aire.

La reluctancia magnética (R)

Es una magnitud similar a la resistencia eléctrica:


El cálculo de reluctancias es también similar al de la resistencia eléctrica a base de combinaciones serie y paralelo.

La reluctancia magnética es difícil de determinar en la práctica ya que el aire no es un buen aislante magnético.

Su unidad en el MKS es el Amper · vueltas / metro al cuadrado.

Ley de Hopkinsons

La ley de Hopkinsons dice que N · I = φ · R  donde:

N = número de vueltas conductor (vueltas)
I = intensidad que recorre el conductor (Amperios)
φ = flujo (Weber)
R = Reluctancia (Amper · vueltas/ Weber)

Esta ley es asimilable a la ley de Ohm V = R · I para la electricidad siendo:

V ↔ N · I
I ↔ ϕ
R ↔ R

Relaciones entre las magnitudes magnéticas


Posibles comportamientos a la acción magnética

No todos los cuerpos se comportan de igual manera cuando están sometidos a la acción de un campo magnético, dependiendo en gran manera de la naturaleza del mismo.

Así, según sea este comportamiento, se clasifican en ferromagnéticos, diamagnéticos y paramagnéticos.

Cuerpos ferromagnéticos

Son cuerpos ferromagnéticos aquellos que se imantan bajo la acción de un campo magnético. El hierro, en sus diferentes variantes, es el ejemplo más representativo. Además se incluyen el níquel, el cobalto y algunas aleaciones en las que estos metales intervienen


Cuerpos diamagnéticos


Son cuerpos diamagnéticos aquellos que hacen disminuir la intensidad del campo magnético en la zona ocupada por el cuerpo, es decir, impiden en mayor o menor grado el paso del campo magnético.

Podemos decir que el cuerpo es menos permeable que el aire para el paso de las líneas de fuerza.

Tal es el caso del bismuto, el antimonio, y el plomo en menor grado.

Los superconductores se comportan como diamagnéticos casi perfectos.


Cuerpos paramagnéticos

Son cuerpos paramagnéticos aquellos que hacen aumentar la intensidad del campo magnético, y por consiguiente el número de líneas de fuerza que representaba el campo primitivo se ha hecho mayor.

Presentan una permeabilidad magnética mayor que la del aire que se toma como unidad.


Histéresis magnética

Punto de saturación

La relación entre la intensidad del campo magnético y la inducción del mismo, es la permeabilidad.

En el hierro la permeabilidad no tiene un valor fijo ni expresable por una función elemental, su valor depende de la clase de hierro y del estado de saturación del mismo.


Imaginemos una barra de hierro sometida a un campo magnético de intensidad creciente.

Al aumentar la intensidad H aumenta la inducción magnética adquirida por el hierro, hasta llegar al valor límite de saturación.

Una vez el hierro se encuentra saturado su inducción no aumenta por más que se aumente la intensidad H.

Magnetismo remanente

Si alcanzando el punto de saturación S hacemos decrecer el valor de H la curva no coincide con la obtenida, sino que queda por encima de ella, lo que indica que al llegar la intensidad del campo a cero, el valor de la inducción manifiesta la existencia de un cierto magnetismo:


Este magnetismo representado por OR corresponde al magnetismo remanente que conserva el hierro.

La remanencia es prácticamente nula para el hierro dulce, y toma diferentes valores para el acero y sus aleaciones.

Campo coercitivo

Para hacer desaparecer el magnetismo remanente, es preciso someter la barra de hierro a una intensidad de campo negativa, es decir, de sentido contrario al anterior.


Una vez llegado a un valor de intensidad de campo igual a C, el magnetismo remanente pasará de R a 0.

Se observa que para que quede anulada la inducción se precisa que la intensidad del campo tome el valor OC, que recibe el nombre de campo coercitivo.

Ciclo de histéresis magnética


La energía perdida se transformará en calor.




Continua en: Electricidad: Magnetismo y Electromagnetismo (y Parte 2ª)




















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