domingo, 4 de marzo de 2018

Redes de Baja Tensión: Sobrecargas y cortocircuitos




Sobrecarga

Se entiende por sobrecarga una intensidad que sobrepasa la intensidad de empleo o la intensidad nominal, y que es producida por condiciones normales de funcionamiento.

Así entendemos por sobrecargas, por ejemplo:

·         Los fenómenos transitorios de la conexión y desconexión
·         Las puntas de arranque de los motores
·         Puntas momentáneas de consumo de máquinas-herramienta
·         Etc.

Algunas de estas sobrecargas son inevitables y deben poder ser soportadas por los diversos elementos que constituyen la red. Otras son evitables pero, otras son evitables, pero, por razones diversas (económicas, de continuidad del servicio, de seguridad, etc.) convendrá poder soportarlas un tiempo prudencial, limitado por la necesidad de evitar daños irreversibles o significativos.

La limitación de este tiempo es función de las protecciones.

Falta o defecto

Es la que se produce como resultado de alguna anomalía en el circuito, como por ejemplo un fallo de aislamiento. Así hablamos de corriente de falta o corriente de defecto.

A menudo las faltas o defectos se presentan siendo de poca entidad y/o de forma esporádica intermitente, pudiendo pasar desapercibidas, pero no obstante representar un peligro potencial, como por ejemplo riesgo de contacto personal directo.

Otras veces evolucionan rápidamente degenerando en un cortocircuito y causando daños importantes.
En general, las situaciones de falta o defecto deben despejarse en cuanto se detectan, es decir, cuando antes mejor.

Cortocircuito

Entendemos por cortocircuito el contacto entre dos puntos de un circuito, de distinta polaridad, mediante una unión conductora de impedancia de valor despreciable.

En general, un cortocircuito constituye el caso extremo de una situación de falta o de defecto, y a menudo va acompañado de un arco eléctrico.

Los efectos térmicos o dinámicos de la corriente de cortocircuito pueden llegar a ser altamente destructivos. Luego ante un cortocircuito, la necesidad de limitarlo y/o despejarlo lo más rápidamente posible, es imperiosa.

Figura 1


En otras palabras:

El valor I ² t equivale a la energía que se manifestaría durante el cortocircuito si el circuito tuviera una resistencia de 1 Ω .

Para la evaluación de los efectos térmicos se utiliza el concepto o valor I ²  t. Este valor es un índice de la energía que circula por el circuito durante el tiempo t en que se manifiesta el cortocircuito.

Si durante el cortocircuito la corriente evoluciona según una curva i (figura 1), la magnitud I es el valor eficaz de i durante el tiempo t. Expresado matemáticamente:


Nota.- Cuando hablamos de la I ² t de un elemento resistente (línea, cable, relé térmico, etc.) nos referimos a la energía que es capaz de soportar sin sufrir daños irrecuperables o significativos.


El valor I ² t se expresa en A ² s (Amper al cuadrado, segundo)

Figura 2

Para la evaluación del efecto dinámico puede servir de guía la consideración de que la fuerza de atracción (en kp) entre dos barras de longitud l, separadas una distancia d (figura 2), y recorridas por corrientes I1 e I2, vale:

En el caso de que I1 = I2 = I tendremos:


En el caso que I1 e I2 sean de sentido opuesto, la atracción se convierte en repulsión.

El cortocircuito al que corresponde la máxima intensidad no tiene porqué ser necesariamente el más destructivo. Esta máxima intensidad corresponde a una impedancia cero en el punto de cortocircuito, es decir un contacto enteramente franco, sin arco. Cuando en el punto de cortocircuito aparece un arco, este tiene una cierta resistencia que reduce la correspondiente corriente de cortocircuito a un valor inferior al máximo considerado primero, no obstante y precisamente por la presencia del arco, esta variante puede ser más destructiva que la primera.

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