La desconexión de transformadores en vacío corresponde al caso de corrientes inductivas relativamente pequeñas, maniobra muy frecuente en los interruptores automáticos de entrada a centros de transformación. (fig. 1).
Figura 1
Las capacidades C1
y C2 corresponden a la de
la línea anterior al interruptor y a la del transformador, y la autoinducción L2 a la inductancia, en
vacío, del transformador.
Antes de la apertura del interruptor automático, D, circula por el circuito una pequeña
corriente de intensidad eficaz I
prácticamente inductiva:
siendo L1
la autoinducción de la línea.
Al separarse los contactos del interruptor se
establece un arco.
En un interruptor ideal, al apagarse el arco justo al paso por cero de la corriente, la tensión del borne 1, U1, que en ese instante pasa por su valor máximo, seguirá oscilando a la frecuencia industrial de la red, pero la tensión del borne 2, U2, que en el mismo instante es igual a U1 = É, oscilara con la frecuencia propia del circuito L2 C2 (fig. 2).
Figura 2
La tensión de restablecimiento
Utr = U1 — U2
oscilará inicialmente con esta misma frecuencia, pero
la resistencia óhmica del circuito irá amortiguando la amplitud de las
oscilaciones hasta llegar a anularlas.
El factor de amplitud de la tensión de
restablecimiento seria casi igual a 2.
Pero en un interruptor real, si, como generalmente
sucede, está dotado de un eficaz medio desionizante, el arco, al ir
reduciéndose el valor de la corriente, se hace inestable, inestabilidad
acentuada por la acción más o menos acentuada del proceso de extinción, por lo
que resulta normal que se apague bruscamente antes del paso natural de la
corriente por su valor nulo, fenómeno conocido como corriente arrancada: los
ingleses le llaman "chopping".
Esta circunstancia implica el corte instantáneo de una cierta corriente l0. La energía electromagnética residual del circuito
almacenada en las inductancias L1 y L2,
se descargará en consecuencia sobre las capacidades C1 y C2
según las flechas de trazos y despreciando las pérdidas óhmicas quedara toda
ella en éstas bajo la forma de energía electrostática:
De las igualdades:
deducimos que la sobretensión inducida en el lado de
entrada del interruptor alcanzaría un valor:
y la correspondiente al lado de salida, en bornes del
transformador:
de sentido contrario a U1.
Según los valores de i0, L1, L2, C1 y C2, estas tensiones pueden
alcanzar teóricamente valores muy elevados. A título de ejemplo, si un
interruptor, en una línea de 220 kV, debe cortar una corriente de vacío de un
transformador de 11 A eficaces y el arco se extingue cuando esta corriente tiene
el valor de 7 A, si la inductancia y la capacidad de la línea valen 35,2 H y
0.0023 pF, respectivamente, la sobretensión que se tendría en el lado de
entrada seria:
El valor de la sobretensión depende de las
características del transformador, siendo tanto mayor cuanto más elevada es la
relación L2/C2,
y de las características del interruptor, al incidir estas en el valor de i0.
La frecuencia de la oscilación es:
Si el arco se extingue al paso natural de la corriente
por cero no se produce sobretensión alguna, pues la energía almacenada en el
condensador, que en ese instante será máxima, en tanto que la electromagnética será
nula, se descarga sobre la autoinducción L2
en forma oscilante, amortiguándose paulatinamente a causa de la resistencia
óhmica del circuito. La expresión de la tensión transitoria, en bornes del
transformador, sería en este caso:
En la realidad los valores máximos de las tensiones U1 y U2 no se alcanzan nunca por cuanto al exceder la tensión
entre contactos U1(t)-U2(t)
el valor de la rigidez dieléctrica del plasma se produce un reencendido del
arco que reduce prácticamente a cero la tensión de restablecimiento y se tiene
de nuevo en el circuito una corriente cuya supresión antes de su anulación
natural determina una repetición del proceso descrito, si bien con una menor
corriente (fig. 3).
Figura 3
La ruptura definitiva no se produce hasta que el nivel
teórico de sobretensión es inferior a la rigidez dieléctrica entre los
contactos.
Resumiendo, podemos decir que los valores máximos de
la tensión de restablecimiento y las frecuencias propias de los circuitos
oscilantes dependen de las características propias de la red y del
transformador, en tanto que el valor de la corriente de supresión del arco y
los valores máximos de las tensiones de los circuitos dependen de las
características constructivas y funcionales del interruptor.
Si se quiere limitar estas sobretensiones con objeto
de que no rebasen los valores prescritos por algunas normas oficiales, es
preciso intercalar unas resistencias de valores relativamente elevados entre
los bornes de entrada y salida del interruptor automático. Estas resistencias,
suelen ser del tipo dependiente de la tensión, como las que se utilizan en los
pararrayos, siendo cortada la corriente que subsiste en el circuito a través de
las mismas por un simple seccionador.
FUENTE:
Curso de aparamenta eléctrica (Manuel Cortes Cherta)
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