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sábado, 16 de septiembre de 2017

Presente y futuro de la energía eléctrica



Electrolizador: Instalación de almacenamiento de hidrógeno para su posterior transformación en energía eléctrica (Gas Natural Fenosa).


Muchas tecnologías nuevas, especialmente los sistemas y dispositivos informáticos y de comunicaciones, requieren cantidades de energía considerables. El creciente número de nuevos productos de consumo y de ordenadores domésticos más potentes también favorece el consumo de grandes cantidades de energía eléctrica.

Las nuevas tecnologías para aplicaciones industriales y comerciales, como los sistemas integrados de calefacción y refrigeración en edificios, la tecnología de baterías mejorada para vehículos híbridos y la generalización de los trenes de alta velocidad, están aumentando la demanda de energía eléctrica eficiente. Los avances en la producción eólica están cambiando los patrones de flujo de energía en las redes, al igual que los nuevos tipos de generación de energía en baja tensión y los parques eólicos a gran escala.

Los avances en tecnologías de compensación estática y de almacenamiento de energía permitirán conectar a las redes actuales nuevas fuentes de energía eléctrica. Ya se deja notar la influencia de nuevos tipos de baterías más compactas que las tradicionales con tecnología de plomo y ácido. Por ejemplo, la batería de 40 MW de Fairbanks, Alaska, proporciona energía de reserva durante hasta siete minutos para una población de 80.000 personas; y una nueva batería compacta de subestación de ion de litio de mayor capacidad y fiabilidad está funcionando satisfactoriamente en una instalación piloto de Suecia. Estas instalaciones son excepciones, y hasta ahora no han encontrado aplicación a mayor escala. Otros medios de almacenamiento de energía mediante conversión son volantes, aire comprimido, energía hidroeléctrica de bombeo o almacenamiento de aire comprimido.

El hidrógeno constituye otra forma de almacenamiento de energía. Se suministra energía eléctrica a un equipo de electrólisis que descompone el agua en sus dos elementos constituyentes, hidrógeno y oxígeno. El hidrógeno se puede almacenar y reconvertir en electricidad cuando sea necesario mediante pilas de combustible (foto de cabecera). La eficiencia global de este método de almacenamiento es actualmente bastante baja, del orden del 25 %.

Queda por ver si el hidrógeno sustituirá a la electricidad como un medio mejor de transportar energía. No se espera que en las próximas décadas se produzcan progresos tecnológicos importantes.

Los transformadores de cambio de fase y la compensación en serie son métodos establecidos desde hace tiempo para aumentar la capacidad de transporte de las redes eléctricas. La electrónica de potencia ha hecho posible controlar las redes, y los nuevos sistemas flexibles de transporte en corriente alterna (FACTS) están mejorando la capacidad de control.

Nuevos conceptos, como el controlador unificado de potencia (UPFC) y el transformador de frecuencia variable (VFT), deben aún demostrar si los clientes los aceptan. Los sistemas de vigilancia, como las unidades de medida de fasores, están comenzando lentamente a instalarse en redes de potencia que, cuando estén completamente desplegadas, aumentarán la posibilidad de explotar un sistema hasta cerca de su límite.

Las nuevas tecnologías mejorarán también el mantenimiento. Algunos ejemplos son el cambio de aislamientos en aceite a aislamientos en seco, y de accionamientos de muelle a accionamientos eléctricos en interruptores, así como la introducción de tecnologías de la información en los procesos de mantenimiento. El software que evalúa el estado del equipo en tiempo real está facilitando el análisis en línea de equipos primarios, como los transformadores. El software de análisis de riesgos para el mantenimiento preventivo de componentes críticos de la red es ya una realidad y se encuentra en continuo desarrollo.

Las tecnologías que ahorran energía o mejoran la eficacia están cada vez más extendidas. Los semiconductores eficaces y de bajas pérdidas están reduciendo las pérdidas en la red, y ciertas técnicas de tratamiento, como la chapa cortada con láser para transformadores o la mejora de las propiedades de los materiales, pueden producir un aumento añadido de la eficacia. Las lámparas tradicionales de incandescencia han sido sustituidas por aparatos electroluminiscentes, y más recientemente, por LED. Y se están consiguiendo continuas reducciones de pérdidas de energía mediante motores avanzados y accionamientos de velocidad variable basados en electrónica de potencia.

Otra forma de reducir las pérdidas en las redes es la utilización de materiales superconductores. Los laboratorios de investigación están haciendo progresos, y ahora hay varios materiales superconductores, a los que se ha sumado recientemente el diboruro de magnesio.

Para que el transporte con materiales superconductores avance de verdad será necesario desarrollar una refrigeración eficiente y una interfaz con los sistemas actuales a 400 kV (de un sistema de baja tensión e intensidad elevada a otro de alta tensión e intensidad reducida).

Los interruptores compactos y las aparamentas aisladas con gas han reducido las dimensiones de las subestaciones y han hecho posible construirlas en interiores, un factor importante en entornos urbanos y grandes ciudades en las que el espacio es caro y escaso. Sustituyendo los aislamientos de aceite-papel por otros de polietileno entrecruzado (XLPE), la longitud posible de los cables de corriente alterna se ha multiplicado por dos, y se ha logrado que los cables subterráneos de alta tensión en corriente continua (HVDC) sean económicos para grandes distancias.

Las nuevas tecnologías de HVDC reducen a la tercera parte las dimensiones de los HVDC actuales. Esto es especialmente importante para aplicaciones en las que el espacio es crítico. Las dimensiones de algunos equipos eléctricos están determinadas por el nivel de ruido que emiten al entorno. Las nuevas tecnologías han reducido el ruido de reactancias shunt en 15 dB en los últimos 20 años.

El progreso técnico con los nuevos materiales contribuye a unas mejores aplicaciones. Los materiales secos, como el XLPE, están sustituyendo al aceite y a otros materiales húmedos. Reducen el riesgo de incendio y permite instalar los equipos más cerca de los edificios. La resina epoxi estándar utilizada normalmente como material aislante está siendo sustituida por termoplásticos modernos que aportan más flexibilidad a la fabricación.

Las tecnologías de la información han abierto nuevos caminos para comercializar la electricidad como un producto básico. Las compañías eléctricas están instalando contadores en los hogares que miden el consumo por horas, y está prevista la comercialización por horas que permitirá a los consumidores comprar la energía más barata, más ecológica o producida más cerca. El avance de las tecnologías de la información y las comunicaciones estimulan las iniciativas de investigación y desarrollo sobre redes “inteligentes” o que se “autorreparan” y que mejoran la fiabilidad del suministro.


FUENTE:
Revista ABB 1/2008: La energía eléctrica: el desafío de las próximas décadas
Foto de cabecera: Gas Natural Fenosa


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