La instalación:
En los manuales de instalación
uso y mantenimiento, los fabricantes de transformadores secos llaman
especialmente la atención a instaladores y usuarios sobre las precauciones que
precisan en la instalación y puesta en marcha de este tipo de transformadores.
En esta ocasión, me estoy
refiriendo a la operación totalmente prohibida y lamentablemente muy practicada
por instaladores y transportistas poco instruidos de trasladar los
transformadores empujándolos en sus bobinas. Esta situación provoca el
descentrado de las bobinas dando lugar a los siguientes problemas:
-
Variación de la impedancia de cortocircuito de la bobina (s)
descentrada (s),
-
Aumento de las Pérdidas en cortocircuito,
-
Aumento del ruido,
-
Aumento del calentamiento,
- Grandes
desequilibrios de carga
Ante este escenario, la avería
del transformador puede ser inminente si no se centran las bobinas a tiempo,
huelga indicar la imposibilidad de la puesta en paralelo en estas condiciones
con otros transformadores
La ventilación:
La necesidad de equipar con
ventiladores de serie este tipo de transformadores es fundamental para su buen
rendimiento y duración de vida, ya que, si no es bajo pedido, no se disponen de
tales medios para disipar el calor acumulado en sus núcleos y bobinas, esto
contrasta con las técnicas establecidas en toda máquina incluidas las
eléctricas (motores, alternadores e incluso transformadores en baño de aceite)
todos los cuales introducen en su diseño sistemas de enfriamiento estático y/o
dinámico con el fin de evacuar el calor generado en sus partes activas.
La aplicación de los
mencionados ventiladores en transformadores secos no es óbice, como no lo es en
cualquier otra máquina, de disponer de las ventanas de ventilación del local
(CT) necesarias para hacer circular y expulsar el aire caliente que pueda
acumularse en su interior. Una ventilación eficaz de un CT consiste en la
capacidad de impulsar el aire caliente hacia lo alto del local; para ello, la
entrada de aire frío debe situarse lo más bajo posible junto al transformador y
la salida del aire caliente lo más alto posible y sobre el muro opuesto.
Además, se deberá evitar por
todos los medios:
- Centros de transformación con techos bajos, en tales casos será
necesario instalar extractores de aire que mitiguen la carencia del efecto
chimenea del local,
- Centros de transformación con persianas metálicas expuestas al
sol que aumentan la temperatura interior del local,
- Centros de transformación sin ventana inferior para la entrada
de aire en la celda del/ los transformador/es,
- Disponer la entrada de aire frío (o bien con acondicionadores de
aire) por encima del transformador impidiendo la salida del aire caliente de
sus bobinas (efecto tapón). La consecuencia es la elevación peligrosa de la
temperatura del transformador.
- Entrada de polvo y humedad del exterior de las celdas.
El ruido:
Se sabe que los transformadores son fuentes
de ruido a causa de los fenómenos magnéticos que se desarrollan en sus núcleos
(al margen del ruido producido por los sistemas de refrigeración). También se
sabe que las pérdidas en vacío y el ruido están normalmente ligados entre sí,
generalmente, a una reducción de las pérdidas en vacío corresponde una
reducción del ruido. Y por último, se conoce también, que los niveles de ruido
máximos en los transformadores están normalizados según sus potencias.
Hechas estas aclaraciones, debemos saber que para una determinada potencia y tensión las partes activas de los transformadores secos son mayores que la de los transformadores sumergidos, lo que implica mayores pérdidas y por consiguiente mayor nivel de ruido, entre 10 y 15 dB de diferencia en la potencia acústica en transformadores de distribución.
Todas estas apreciaciones nos llevan a
entender que cada transformador tiene un ruido propio, sin embargo pueden
existir influencias externas que pueden hacer aumentar notablemente el ruido
“normal” del transformador, influencias que hay que conocer para reducirlas o
limitarlas en lo posible.
Las principales causas que pueden incrementar el ruido en los transformadores son:
- Por sobreflujo, este
fenómeno corresponde a la explotación del transformador a una tensión
anormalmente elevada que genera pérdidas excesivas en el hierro causando
calentamientos importantes y armónicos que presuponen riegos de resonancia.
Este problema suele producirse mucho en la práctica cuando los transformadores están dispuestos en una toma de regulación inferior a la que verdaderamente le corresponde o bien cuando las tensiones de la red se elevan notablemente en épocas de poca carga (noches o fines de semana),
- Por armónicos de
tensión, por ejemplo, causados por la alimentación de convertidores,
- Por efecto bóveda del
local que los contiene que puede llegar a multiplicar el ruido como si de una
caja acústica se tratara,
- Trasmisión de
vibraciones y ruido a través del suelo, paredes, bandejas de cables,
estructuras, etc,
- Por saturación
magnética debida a pequeñas componentes de corriente continua circulando por
los arrollamientos.
La coordinación del aislamiento:
Los transformadores tienen el mismo nivel de
aislamiento que el resto de los equipos de la instalación pero son mucho más
sensibles a las sobretensiones, mientras estos regímenes impulsionales se
propagan por cables y materiales, los transformadores los frenan por su elevada
impedancia de entrada como si un muro impenetrable se tratara.
Dos fenómenos aparecen en este instante:
-
La
magnitud de la onda se duplica aumentando peligrosamente el riesgo de
perforación dieléctrica del transformador (en el mejor de los casos el
transformador puede seguir funcionando pero con su aislamiento debilitado,
pudiendo averiarse posteriormente sin ningún motivo aparente).
-
Se
produce un fenómeno de reflexión, la onda retorna duplicada por el camino por
el que llego pudiendo destruir en tales circunstancias el material que
anteriormente no lo hizo.
Este
es el motivo por el cual los dispositivos de protección (autoválvulas), se
disponen lo más cerca posible de los transformadores.
Si a lo anteriormente expuesto, añadimos que
los transformadores de tipo seco presentan menor resistencia a las
sobretensiones que los sumergidos en un dieléctrico líquido, observamos la
necesidad de incorporar, incluso de serie, autoválvulas en este tipo de
transformadores.
Existe un error muy arraigado en los usuarios y en algunos profesionales de pensar en que las sobretensiones a las que nos referimos, tienen su origen exclusivamente en fenómenos atmosféricos del tipo rayo, siendo este un falso sentimiento que acarrea desagradables sorpresas.
Las sobretensiones de origen interno a la instalación, producidas al maniobrar receptores de tipo inductivo o capacitívo, por fenómenos de resonancia, o aperturas intempestivas del disyuntor en el momento de la magnetización del transformador, entre otras, aunque son de menor amplitud que las atmosféricas, estas se producen con más frecuencia y por tanto suponen un peligro similar al que hay que prestar la atención que se merecen.
La polución ambiental:
Tanto en su almacenamiento como en su funcionamiento,
las partes activas de los transformadores secos están expuestas a las
agresiones del medio ambiente, esta característica constructiva constituye la
limitación fundamental que impide el servicio en la intemperie a este tipo de
transformadores y también es el motivo por el cual deben tomarse medidas
especiales para evitar que factores ambientales como la humedad, el polvo, la
arena y vapores químicos puedan favorecer la aparición de cebados de arcos
entre sus bobinas.
La humedad ambiente se condensa en la superficie de las bobinas cuando el transformador está parado o al enfriarse cuando se le desconecta, más tarde, cuando queremos ponerlo nuevamente en servicio se producen arcos entre bobinas y entre estas y masas, por lo tanto, si se repiten varias veces estas operaciones sin previamente asegurarse de la ausencia de condensación se puede terminar perforando dieléctricamente el aislamiento del transformador.
Este fenómeno se manifiesta produciendo
grandes destellos que iluminan como flases el recinto provocando el temor de
los operarios y a veces entendiendo por ello, que el transformador se ha
averiado.
No se deben confundir estos fenómenos con la punta de corriente de puesta en marcha del transformador “inrush” (referida en varios post de este blog), aunque al coincidir ambas en el mismo momento de la maniobra, los cebados de arco se magnifican debido al campo electromagnético creado en el entorno por la corriente de magnetización, en tal caso, los mencionados arcos llegan a alcanzar las estructuras metálicas cercanas al transformador.
Con relación al polvo, puede llegar a acumularse en los arrollamientos de MT bajo los efectos del campo eléctrico produciendo la reducción de las líneas de fuga dieléctricas, favoreciendo el cebado del arco y la aparición de descargas parciales. Si la acumulación de polvo es progresiva puede llegar a obstruir las aberturas de ventilación de las bobinas con lo cual aumentaría excesivamente el calentamiento del transformador
Disponible
en pdf en la siguiente URL:
Artículo muy interesante. Todo cierto lo que dices, disminución de aislamiento por los problemas que indicas y situaciones con condensaciones en los centros de transformación. Sería muy interesante que pudieras añadir en tus artículos soluciones a estas situaciones con productos conectados, como las soluciones del transformador Trihal connected de Schneider Electric. Seguro que tendrás acceso a esta información y podrás compartirla en este foro técnico que tantos usuarios con tu perspectiva que tanto apreciamos los que te seguimos. Gracias por todos los artículos que publicas, todos aprendemos.
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